de los pueblos, debemos alcanzar a aquellos a quienes la gente sigue. Esto, desde luego, indica la prioridad de ganar y preparar a aquellos que ya están en posiciones responsables de liderazgo. Pero si no podemos comenzar desde arriba, por lo menos comencemos donde estamos, y preparemos a unos cuantos de los que ahora están en cierne para que después lleguen a ocupar cargos elevados. Y recordemos también que no es preciso poseer el prestigio del mundo para ser de gran utilidad en el reino de Dios.
Page 28